Hace unos días me escribía una novia, concretamente el 21 de marzo, contándome que se casaba el 6 de abril y quería unas alpargatas Starlei en color champán y con plumas que había visto en una publicación del año pasado en la revista Hola Novias. Jueves antes de Semana Santa.
Casualmente esa semana habíamos hecho algunos pedidos con plumas pero en color rosa. En el taller solo tenía plumas en rosa, blanco y negro, y este año no había sacado ningún modelo en colección con plumas porque el taller se llena tanto que estoy limpiando plumas durante una semana.
Regresando a la novia. Me comentó que de preferencia las quería en champán y que si no conseguía las plumas en beige a tiempo, que entonces se las hiciera en color rosa. ¿Y cómo no iba a cumplir su deseo? Esta situación me recordó mucho a cuando trabajaba en Patricia Rosales haciendo zapatos a medida con diseño exclusivo para mujer. Recuerdo que una clienta me enseñó un bolígrafo transparente y en su interior cristales de Swarovski y me dijo: "¿puedes hacer esto en unos tacones y poner arena que guardo de una playa de Bali?". Y dije, sí, sin saber aún cómo lo haría. Moví cielo y tierra, con uno de mis taconeros hicimos unos tacones de metacrilato huecos por dentro para poder meter la arena, y lo conseguimos. Guardo muchísimas historias así, han sido muchos años cumpliendo sueños de clientas, y justo ahora en Starlei, vuelvo a hacer exactamente lo mismo, pero más gratificante, ya que tengo un trato directo y más cercano con mis clientas, sin protocolos ni intermediarios. Cuando creé Starlei, quería que fuese una marca de lujo accesible a cualquier persona. Y gracias a Dios, así está siendo y me está dando muchas pero que muchas satisfacciones.
Y regreso a la historia de la novia, que me desvío con facilidad :)
¿Cómo no iba a cumplir sus deseos? Jueves a media mañana formalicé su pedido y ahora empezaba la carrera en la búsqueda de las plumas de marabú en color beige. Hice gestiones y llamadas a mi proveedor habitual de plumas en Sevilla y me escribió en la tarde que tenía que consultar con el taller, a ver si me las podían teñir en el color que necesitaba. ¡Y Semana Santa en Sevilla!.
El viernes pregunté también a una amiga diseñadora de tocados, a ver si por casualidad tenía algunas plumas de marabú en beige, casualmente acababa de ser abuela por primera vez, así que imaginad, hasta el martes no me pudo responder y yo no la llamé antes porque sentía que no era el momento. Lo importante era su hija y su nieta. La cosa se complicaba.
El mismo viernes me respondió mi proveedor de Sevilla diciéndome que había consultado en el taller y que podían teñirlas para martes o miércoles. Con jueves y viernes festivos, era imposible que el transportista me las entregara en Almería a tiempo. La novia se casaba el día 6 de abril. Así que, como mi cabeza bajo situaciones de presión, funciona mejor que nunca, me dije, voy a poner en práctica lo que hace años no hago.
Hace muchos años, cuando empecé en calzado de lujo, hice varios cursos de tocados, sombrerería y flores en Madrid y París, para aprender cómo trabajar las plumas para ponerlas en mis zapatos, teñirlas, trabajarlas, hacer composiciones, etc. (Incluso, he llegado a hacer cursos de cristal de murano para joyería, qué pintas tenía con el soplete y las gafas para soldar. Hice unos tacones con pan de oro y cristal de murano que eran una auténtica maravilla).
Regresando al tema. Así que lo que necesitaba eran tintes para sacar el color y yo misma teñir las plumas. ¡Qué recuerdos! Recuerdo que en la fábrica tenía un espacio, tipo laboratorio donde pasaba horas y horas experimentando con materiales que compraba en mis viajes, era un desastre, pero ahí mi imaginación volaba. Había domingos que los pasaba sola en fábrica sólo experimentando lo que mi imaginación ideaba. Me vuelvo a desviar del tema, ja ja ja.
Así que localicé proveedor de los mejores tintes que yo usaba e hice el pedido para recibirlos el lunes. ¡Qué nervios!. Pero bueno, siempre estaba la segunda opción de hacerlas en color rosa si no salía bien.
El lunes recibí los tintes y me dispuse a teñir un trocito de plumas para sacar el color, y voilà, el color quedó perfecto, me encantó, tanto, que teñí 2 metros de plumas.
El martes, con las plumas completamente secas, le escribí a la novia para comunicarle que tenía las plumas y que finalmente sus alpargatas serían en color champán con las plumas en beige. Reto superado 👏🏻.
Y bueno, quise inmortalizar esta anécdota haciendo el mismo modelo con esas plumas pero con plataforma para la colección.
El martes salió el pedido a su destino y hoy debe estar recibiéndolo. Así que esta novia llamada Sonia y su historia han sido la inspiración para el nuevo modelo al que he llamado Ballin. Ballin, en homenaje al inventor del primer crucero comercial de la historia, ja ja ja, me encantan los cruceros, y como sabéis, los modelos en Starlei, llevan los nombres de grandes mentes, inventores y personas que han hecho algo importante en la vida.
Y ya termino, deseándole todo lo mejor a Sonia en su boda el próximo 6 de abril y en la nueva etapa que inicia en su vida. ❤️
Patricia